No han pasado ni 2 horas y se ha hecho pis. Claro, con lo que ha jugado y tirado en la calle, y lo que ha bebido luego en casa, no me extraña. A ver si aguanta hasta que la saque después de su comida. Lo primero es recoger el pis sin que ella lo vea, no hay que darle importancia al tema, que vea que “eso no puntúa”. Si se da cuenta que hay reacciones, tanto positivas como negativas al hecho, puede utilizarlo para llamar la atención, así que voy a encerrarla un momentito en la cocina y lo recojo, que la fregona está en el baño.
¿Será posible? Ha mordido la bolsa del pan, es un terremoto esta Dolsa.
Lo que no sé es si la voy a sacar antes o después de que comamos nosotros. Por un lado, prefiero dejarlo hecho para no tener que sacarla después de comer, no sé si me va a apetecer luego. Por otro, mejor que nos vea comer a nosotros, que vea que no le damos de nuestra comida nada de nada (tendré que recordárselo a todos en casa, por si acaso, no sea que a alguien le dé pena), luego le doy su ración de pienso y me la bajo corriendo, en cuanto que beba un poquito, para ver si acierta con el pis y la caca en la calle, en lugar del portal y de la casa.
¡Ah! Y me llevo las vitaminas que me han dado, que parece que le gustan mucho, como premio si hace algo fuera.
La verdad es que es preciosa. Debía ser una bolita de pelo cuando nació, me hubiera gustado tenerla cuando era un poco más pequeña, pero casi mejor así. Con 3 meses y dos vacunas puestas ya la puedo sacar a la calle e intentar enseñarle los hábitos higiénicos. Si hubiera venido antes me hubiera llenado la casa de “minas” hasta que la hubiera podido sacar. Mejor así, sí, seguro.
¿Sabes qué? Que es Domingo y me la bajo otra vez.