Eso me ha dicho Conchita. Definitivamente se ha insolado. Estoy acostumbrado a oírla hablar con los animales, vamos, que lo hago yo también, pero que las plantas le hablen…Pero hay algunas plantas, por más que las mira, que no le quieren decir nada. Pero una hoja, ayer, le contó su secreto. Se ocupa de hospedar a las gotitas del rocío de la mañana hasta que se dejan caer. Se lo ha tenido que contar porque una gotita, despistada ella, seguía durmiendo a las 11 de la mañana y Conchita la ha descubierto. La hoja no ha tenido más remedio que confesar…pero no os chiveis 🙂
También le ha dicho, sin que le oyera la gotita, que prefiere a las gotas pequeñas porque las grandes roncan mucho.
Aunque lo espectacular ha sido, al llegar a Pamplona, ver la Plaza del Castillo y entrar a comer al Café Iruña, inaugurado en un1888. Un lugar único, buena comida y un servicio impecable. De los sitios más bonitos en los que he comido.
De la jornada de hoy, poco que comentar. Un paseo de 18 km y sin mucho que ver en el trayecto excepto que pasamos por el pueblo de Indurain, Villava. La sobremesa la hemos pasado visitando a fondo la Catedral de Santa María (2 horitas que se pasan volando) y la tarde callejeando por el centro de Pamplona.
Y el helado de final de etapa (y de Camino, por este año) no podía faltar. Mañana volvemos a casa para organizar la vuelta al cole, a la clínica, poner lavadoras, hacer la compra, quedar con amigos…y no necesariamente en este orden 🙂 Y organizar las fotos y los vídeos para irlos colgando en el blog, para que opineis sobre el tema de Conchita y las plantas, por ejemplo.
El lunes a las 10 h estamos de vuelta con las pilas cargadas porque hemos entrenado un montón, no os parece ? Hasta pronto !
Curiosidad del día: hemos tocado la campana más grande -en uso- que hay en España, del Siglo XVI, en bronce, y que pesa 12 toneladas. Se usa pocas veces al año, en fechas muy señaladas, pero se oye a 15 km a la redonda…