Preparados…listos…¡ comenzamos !
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https://www.youtube.com/watch?v=nGRo4CH8eW0
Envíaselo a tus amigos para que nos conozcan 😉
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Hablemos de vacunas en perros. Vamos a hablar de cuáles, de cuándo y, sobre todo, del porqué. No soy inmunólogo, pero en la clínica hacemos inmunología continuamente: el sistema inmune, las defensas, intervienen cada vez que viene un paciente enfermo, o le desparasitamos, o le prescribimos un antibiótico, le operamos o, simplemente, le ponemos una vacuna.
Ese gesto que parece tan sencillo lleva detrás muchísimos años de estudio de generaciones de investigadores médicos, biólogos, veterinarios, farmacéuticos. No puede ser realizado alegremente por cualquiera, sin valorar previamente al paciente. Cada caso debe ser tratado individualmente: no hago lo mismo con el perro que tengo delante que con el que se acaba de marchar, y los dos venían a vacunar. Son casos diferentes siempre ( aunque en perros sanos muchas pautas se repitan) y el estado de salud lo valora un médico o un veterinario preparado para tal fin.
Existe la creencia generalizada de que hay que vacunar de todo, todos los años. De hecho, hay veterinarios que en realidad solo son “vacunadores”. Podrían ser auxiliares, porque para pinchar a un perro no hay que estudiar 5 ó 6 años. Hay muchos criadores que lo hacen, así pasa con los perros que venden, que vienen con muchos “premios” los pobrecillos, tanto víricos como parasitarios.
Hace varios años, un estudio demostró que los anticuerpos frente al Parvovirus y al Moquillo caninos duraban entre 2 y 3 años en perros inmunocompetentes (con sus defensas “en forma”), correctamente desparasitados, y sus órganos funcionando correctamente. Desde entonces, nuestros protocolos han cambiado, y preferimos hacer una analítica de sangre anual para valorar el estado de salud de perro y vacunar cada 2 años frente a Parvovirus y Moquillo que seguir vacunando sin más.
Pero esto sería en un perro adulto, que en su etapa de cachorro ha sido vacunado como es debido. ¿Cómo se vacunaría a un perrito en su primer año?
El protocolo actual recomendado para cualquier cachorro, de forma ideal, sería el siguiente:
– A los 45 días, vacuna frente al Parvovirus y Moquillo canino
– Con 2 meses de edad, revacunación frente a Parvovirus, Moquillo, Hepatitis y Leptospirosis
– Dos semanas después, se repite esta última vacuna. Hay razas más predispuestas a padecer Parvovirus y Coronavirus (Rottweiler, Labrador, Golden, Pastor alemán, etc) y en estos casos se recomienda aplicar una dosis más.
– A los 3 meses de edad, vacuna Antirrábica
– Dos semanas después, contra la Traqueobronquitis canina
– A los 6 meses de edad, primera dosis frente a la Leishmaniosis. Esta vacuna se repite dos veces más, con un intervalo de 3 semanas entre vacuna y vacuna.
El protocolo correcto para un perro adulto, después de lo que hemos comentado, sería:
– Vacuna Antirrábica anual
– Vacuna Leptospirosis anual (o cada 6 meses si es zona endémica)
– Vacuna Moquillo, Parvovirus y Hepatitis bianual
– Vacuna Traqueobronquitis infecciosa anual
– Vacuna Leishmaniosis anual
Ahora os toca a vosotros. Dudas, preguntas, comentarios, anécdotas (todos los que han comprado un perro las tienen) o debates serán bienvenidos.
La respuesta es sencilla: para protegerlos, igual que hacemos con nuestros hijos o con nosotros mismos. Es medicina preventiva, que sale muuuuucho más barato que curar cualquier enfermedad vírica, si es que se puede curar.
Hay vacunas obligatorias y otras voluntarias.
Las obligatorias lo son porque evitan la transmisión de zoonosis, esto es, enfermedes transmisibles a las personas, como por ejemplo la rabia. Las voluntarias, porque protegen frente a enfermedades exclusivas de los perros. Pero siempre digo que si le preguntáramos a un perro frente a qué se quiere vacunar, contestaría sin dudar: parvovirus, moquillo, leishmaniosis (ya existe la vacuna, como muchos de vosotros sabéis) y en último lugar diría que la rabia.
Por fortuna, se conocen poquísimos casos de perros enfermos de rabia cerca de nuestras fronteras, y proceden del norte de África y sur de Francia. Y hay políticos que quieren quitar la obligatoriedad de la vacunación antirrábica, comunidades autónomas que vacunan cada 2 años…¿sobran o no sobran políticos en España? Quienes, por desgracia, toman las decisiones sanitarias en nuestro país no tienen preparación suficiente para tomarlas, así nos luce el pelo.
No hay que olvidar que en un pequeñísimo porcentaje de perros, igual que sucede en las personas, se pueden producir reacciones vacunales adversas, en la mayor parte de los casos debidas a los excipientes de las vacunas.
Aunque las reacciones pueden ser muy diversas, lo más frecuente es el angioedema de belfos, o lo que es lo mismo, inflamación rápida y evidente de los labios, que se suele extender a los párpados y orejas. Es una de las urgencias veterinarias realmente “urgentes”, y tenemos que tener a mano el teléfono de urgencias de nuestro veterinario o de la clínica de urgencias más cercana. Si se actúa a tiempo, se resuelve bien.
Pero los beneficios son evidentes: todas estas enfermedades son mortales casi siempre, y tenemos las armas para luchar contra ellas. La última vacuna presentada en el mercado es la de la leishmaniosis canina, disponible en España desde Enero de 2012.
Mañana hablaremos de los protocolos vacunales, o sea, de cuándo y cómo se ponen todas estas vacunas.
La mayoría de las veces nos llegan los clientes a la clínica con un cachorrito de perro o de gato para que comprobemos que está sano y que se lo han vendido en buenas condiciones. Que si el criador es estupendo, que si los padres son campeones de España y de Mundo -de estos vienen varios al año, y solo hay un campeón por raza y año, vamos, digo yo- que les ha costado carísimo, etc.
Pues bien, entre el 80 y el 90 % de los cachorros que nos llegan a la clínica vienen con algún problema congénito, es decir, que han nacido con él, o adquirido (enfermedades víricas o parasitarias). Hay que decir que en la casi totalidad de los cachorros con problemas adquiridos podemos sacar al animal adelante, pero en los problemas congénitos y los que no van todo lo bien que quisiéramos, el disgusto es enorme.
¿ Cómo evitar este problema ?
Es tan sencillo como consultar a tu veterinario de confianza. Si no conoces a ninguno, pregunta en el parque a los demás dueños de perros por la clínica que funcione mejor, que tenga mejor fama, aunque cueste algo más algunas veces. Estamos hablando de salud, y nosotros tampoco nos conformamos con el dentista o el médico más barato, ¿ no ?
De momento, el mejor consejo es que NUNCA DEBEMOS RECOGER AL CACHORRO EN FIN DE SEMANA O POR LA NOCHE. ¿ Por qué ?
Porque ese cachorro, pase lo que le pase, no va a salir de casa si ha dormido con nosotros, aunque tenga un problema serio. Eso lo sabemos todos.
La solución pasa por contactar con la clínica veterinaria que hayamos elegido para cuidar de nuestra mascota y concertar una cita. Que ellos, los profesionales, revisen al cachorro en cuanto lo hayamos recogido, por mucho que el criador diga que el animal está desparasitado, y que está sanísimo. Por eso tiene que ser en día de diario o en Sábado por la mañana. Previamente habrán hablado con el veterinario también acerca de la raza, si es la más adecuada a nuestra forma de ser y a nuestros hábitos. Todos los perros no son adecuados para todas las personas.
Si el cachorro tiene un problema serio, o que va a costar caro resolver, y siempre con nuestra factura en mano para poder reclamar, podremos volver en el momento al criador para reclamar, devolver al cachorro y cambiarlo por otro, recuperar nuestro dinero o esperar a la siguiente camada. Nos llevaremos un disgusto pero evitaremos un mal mayor.
Por desgracia, en este país, aunque hay buenos criadores de todas las razas, son los menos, y cuentan poco con los veterinarios. Intentan por su cuenta hacer nuestro trabajo…y así nos luce el pelo. En Europa -me refiero a Francia, Reino Unido, Alemania, los países civilizados en los que me gusta mirarme- los veterinarios son aliados de los criadores. Consideran el gasto veterinario como una inversión que revierte en su propio beneficio y en el de las familias, ya que éstas se aseguran salud y felicidad con sus mascotas. En España…ya falta menos para estar en Europa en respeto y cuidado de los animales, pero todavía falta.
¿ Quién no está de acuerdo ?